Templo Nuestra Señora de la Asunción de Marinilla y su intervención

Esta construcción comparte historia con la Catedral Metropolitana de Medellín Por Pablo Andrés Gómez Gómez*

Desde el año de 1963 y según el decreto 264 del 12 de febrero de ese año, los sectores antiguos de Bogotá, Socorro, San Gil, Pamplona, Rionegro (Antioquia), Marinilla y Girón, recibieron la categoría de monumento nacional de Colombia.

Con la ley 397 de 1997, Ley de Cultura, los monumentos nacionales pasaron a ser Bienes de Interés Cultural del Ámbito Nacional y por ello Marinilla hace parte de este grupo. Tal declaratoria establece un régimen de protección especial para los inmuebles del área histórica y que más allá de las autoridades locales contempla una reglamentación nacional.

Dentro del centro urbano existen valiosos edificios de arquitectura civil y de arquitectura religiosa, las edificaciones más destacadas de este tipo son por sus valores estéticos, históricos y simbólicos el Templo parroquial de Nuestra Señora de la Asunción y la Capilla de Jesús Nazareno.

La historia del templo de Nuestra Señora de la Asunción

Con el asentamiento de la población entre dos quebradas a finales del siglo XVII, se estableció la plaza principal y su templo, ubicándose en el mismo lugar tres estructuras sucesivas. La primera durante el siglo XVIII, que sería reedificada en el siglo XIX por el cura Jorge Ramón de Posada y la tercera y actual en el último tercio del siglo XIX.

Comparte el edificio su historia con la Catedral Metropolitana de Medellín, pues los dos arquitectos que participaron en su construcción, lo hicieron también en el templo de Marinilla; se trata de Felipe Crosti de origen italiano, quien planeó un templo de cinco naves y del francés Charles Emile Carré, quien reorganizó el proyecto y estableció las líneas para la fábrica actual. Así, los dos arquitectos que estuvieron vinculados al edificio más importante de Colombia en el siglo XIX, lo estuvieron también al de Marinilla.

Con la intención de la población de contar con un nuevo templo, aparece en primer lugar el italiano Felipe Crosti, pero al igual que sucedió con la catedral Metropolitana de Medellín, el proyecto por este realizado se interrumpió y sería el arquitecto Carré quien definiría su fisonomía y su arquitectura.

El templo de forma basilical se construyó entre 1874 y 1901, lo cual hace que cuente con alrededor de 125 años de historia como referente material y espiritual de las gentes. La participación de Carré en su construcción se refiere en un recibo fechado en 1892, en donde el señor Jesús María Gómez solicita al señor tesorero de la junta especial: “Sírvase entregar al señor ingeniero Charles Carré la suma de cien pesos ($100) por valor de un trabajo en las indicaciones que ha hecho sobre la seguridad y reformas del templo que actualmente se construye en esta ciudad…”.

La obra resultante de sobria elegancia y solidez es la que acompaña el perfil de la ciudad por más de un siglo. Presenta un frontis de composición simétrica, con espadaña y se marcan tres puertas de acceso, la principal de mayor escala que las dos laterales. Presenta veinte columnas: 4 de ellas bajo el coro, 12 dividiendo las naves y 4 en el altar mayor.

Carré utilizaba ladrillos para su construcción y optaba por dejar este a la vista, pero para el caso de Marinilla eligió el pañete sobre ladrillo y en una bella composición dejó una iglesia, tal y como hoy existe, con una fachada que denota rasgos de su arquitectura.

El templo parroquial por lo menos en los últimos 50 años presenta la apariencia que hoy tiene, con coro alto, nave central mayor que las laterales, balcones corridos y espacio del presbiterio con dos sacristías, una a cada lado, las cuales con finos detalles de carpintería presenta dos espacios superiores que con balcones definen el área posterior del templo.

El sector del presbiterio presenta una variación en su sistema constructivo con relación al resto del diseño, puesto que se encuentran materiales y técnicas constructivas diferenciadas del resto del edificio, con la técnica del bahareque en madera.

El proyecto de intervención

Recientemente la iglesia de la asunción se ha visto sometida unas obras de intervención, inicialmente con un permiso de reparaciones locativas, expedido por la administración municipal y el cual no considera que este tipo de autorizaciones corresponden al Ministerio de la Cultura, los artes y los saberes, entidad que a través de conceptos técnicos o resoluciones motivadas permite acciones sobre los bienes de interés cultural.

El patrimonio no se maneja solamente desde el área de cultura, es responsabilidad de las oficinas de planeación y de toda la municipalidad, por ello el control urbano debe hacerse rigurosamente.

Es loable el interés por recuperar el deterioro que se presenta en la estructura, pero no puede desconocerse que cualquier acción requiere de una planeación y de un proyecto que permita analizar de forma coherente las afectaciones del edificio para responder de forma técnica y respetuosa el resolver las situaciones.

Con el concurso del ICPA, Instituto de Cultura y Patrimonio de Antioquia, las obras han recibido la orden de detenerse y se requiere de un proyecto con la participación de un grupo interdisciplinario con conocimiento en la intervención en bienes de interés cultural, para que efectúe un proyecto de restauración que permita conservar los valores históricos, estéticos y simbólicos de la edificación.

Debe realizarse una investigación histórica seria, evaluar las condiciones eléctricas, hidrosanitarias, estructurales, y con la participación de arquitectos expertos en la intervención del patrimonio cultural plantear el mencionado proyecto de restauración, es importante la participación de conocedores de las técnicas constructivas y de los edificios históricos, pues este tipo de arquitectura difiere de los edificios de concreto actuales.

Es necesario además la creación de una comisión veedora que desde la ciudadanía esté atenta al desarrollo de las obras, todo ello en pro de conservar uno de los inmuebles más valiosos con los que cuenta Marinilla.

Reiteramos la indispensable participación del Ministerio de la Cultura, las artes y los saberes, quien legalmente cuenta con la autoridad para la protección y vigilancia de los inmuebles más representativos de nuestro país y con la idoneidad para determinar lo acertado o no de una propuesta de intervención.

El templo de Nuestra Señora de la Asunción debe continuar siendo el faro de la religiosidad y afectos de la comunidad de Marinilla, debe mantener sus valores materiales y espirituales y la ciudadanía como verdadero custodio de los bienes patrimoniales debe empoderarse para su conservación.

*Miembro de Icomos Colombia, con estudios de posgrado en restauración y rehabilitación del patrimonio arquitectónico, análisis y proyecto de la Universidad Politécnica de Cataluña, Barcelona y de Gestión para la Intervención del Patrimonio Cultural de la Universidad Pontificia Bolivariana.

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