Hablar del futuro puede sonar a veces como un asunto lejano o abstracto. Pero cuando uno gobierna pensando en las próximas generaciones, el futuro se vuelve urgente, necesario y profundamente presente. Por eso, en Marinilla nos hemos propuesto algo ambicioso y, al mismo tiempo, profundamente humano: imaginar juntos cómo queremos que sea nuestro municipio en el año 2050. No es un simple plan ni una lista de obras. Es una visión. Una visión bonita, querida y, sobre todo, posible.
Desde el mandato constitucional que nos llama a garantizar la prosperidad general, entendemos que gobernar no es solo responder al día a día, sino también tener el coraje de abrir caminos para que los que vienen puedan recorrerlos con más oportunidades, más bienestar y más esperanza. Así nace Marinilla 2050, un ejercicio riguroso, colectivo y valiente, que convoca a la ciudadanía, al conocimiento académico y a múltiples disciplinas, con una sola pregunta de fondo: ¿Qué Marinilla queremos legar a quienes vivirán aquí dentro de 25 años?

Este ejercicio no es ajeno al contexto mundial. Países como Francia, India, Reino Unido o México han apostado por este tipo de planeación a largo plazo, con excelentes resultados. Nosotros también queremos sumarnos a esa ruta: planificar con sentido, anticipar retos, aprovechar oportunidades y, sobre todo, cuidar lo que más vale: nuestra gente y nuestro territorio. Pero este camino no lo hacemos solos ni de espaldas a nuestra historia. Por el contrario, esta visión se construye sobre principios que han inspirado nuestro gobierno y que representan el alma marinilla: no se elude la responsabilidad asumida, la adversidad no nos paraliza, sino que nos impulsa, creemos que en esta patria pequeña caben sueños grandes, y que Marinilla es un lugar para vivir unidos y felices.
Tenemos la fortuna de ser un territorio con un enorme potencial: una ubicación estratégica en el Oriente antioqueño, un patrimonio cultural e histórico que nos llena de orgullo, una comunidad con talento, empuje y valores, y una riqueza ambiental que es clave para el futuro de la región. Pero también tenemos el reto de explorar todas esas potencialidades con visión, con responsabilidad y con decisión. Marinilla no puede conformarse con lo que ya ha logrado; tiene todo para liderar procesos de transformación regional, para fortalecer su economía, su educación, su movilidad, su sostenibilidad y su calidad de vida. La tarea está en reconocer lo que somos capaces de hacer y trabajar juntos para lograrlo.
Con esa convicción, Marinilla 2050 se propone, por un lado, trazar con fundamento el camino del desarrollo entre 2025 y 2050, tomando como punto de partida lo que hoy somos, lo que tenemos y lo que podemos ser. Y, por otro lado, dejarles a las futuras generaciones una imagen clara de esta Marinilla 2025, para que comprendan qué soñamos, cómo actuamos y por qué hicimos lo que hicimos. Porque soñar el futuro no es una pérdida de tiempo. Al contrario, es una forma de cuidar el presente. Cuando una sociedad se toma el tiempo para preguntarse a dónde quiere llegar, también empieza a transformar la manera en que camina hoy.
Este es, en el fondo, un llamado a unirnos, a pensar juntos, a construir más allá de las urgencias del momento. Porque si, tenemos retos. Pero también tenemos todo para seguir siendo ese lugar del que tantos se sienten orgullosos. Un municipio que ha aportado a la historia de Colombia y que ha albergado ideales de libertad.